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Frase Aleatoria
Muchos serían cobardes si tuvieran suficiente valentía
Thomas Fuller
 
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31/01/2014
El Adoctrinamiento Religioso
 
El adoctrinamiento religioso, pese a que el gobierno se empeñe en negar su existencia, cada día se hace más evidente. En reformas de materias como la educación, sanidad y justicia, se ve claramente la influencia eclesiástica.

Considero que es una auténtica involución política el mezclar gobierno con religión. Dos elementos que, si repasamos un poco la historia, vemos la peligrosidad que entrañan al unirse, derivando siempre en radicalismos, censuras, recortes de libertades básicas como el de expresión, etc.

Desgraciadamente siento que vamos en esa dirección, un claro giro de 180º para volver al pasado, a ese que tanto añora los cléricos, donde su ideología era impartida por ley en los colegios, y se imponía un modelo de sociedad único, marcando como delincuente a todo aquel que no lo aceptara.

El ejemplo más reciente es la reforma de la ley del aborto, hecho clasificado como retroceso en las libertades individuales por gran parte de la comunidad internacional. Y es que no hay que ser muy inteligente para darte cuenta del claro olor a sotana que tiene esta mal llamada reforma.

Quieren llevarnos hacia aquellos tiempos en los que, si tenias recursos, podías irte al extranjero si te veías ante una situación en la que tuvieras que abortar. Pero si no tenias esa opción, solo te quedaba poner en riesgo tu vida y someterte a un aborto clandestino, el cual se realizaba sin los medios básicos para garantizar la seguridad de la mujer.

Muchos hablan de moralidad, derecho a la vida, etc. ¿Y los derechos de la mujer?. Estamos hablando de un ser vivo, la mujer, no es una incubadora que debe funcionar durante 9 meses sean cual sean sus condiciones. No se puede obligar a una mujer a gestar por que lo diga una panda de retrógrados reprimidos, ajenos a una realidad social en la que son incapaces de vivir. Pretenden imponer su ideología creyéndose en el poder de una verdad absoluta.

Esa moralidad cristiana que se atreve a juzgar a una mujer que aborta, sin pararse a ver los motivos que la han llevado a tal decisión, siempre difícil y traumática, y luego miran hacia otro lado en los casos de pederastia cometidos por miembros de su SECTA. Esa moral que se tapa los ojos ante familias desahuciadas por bancos donde la misma iglesia tiene importantes activos. La misma moralidad que ignora los casos de violencia de género, atreviéndose a justificarlos por lo que llaman “liberación de la mujer”, sin nombrar que antes también había casos de violencia en el hogar, pero nadie los denunciaba.

No es ningún secreto mi condición de ateo, pero no me considero desconocedor del mundo cristiano. He sido criado por una familia creyente, seguidora de las tradiciones propias de esta creencia, he recibido estudios religiosos hasta mi adolescencia, y llegué a recibir la primera comunión. Todo esto me hace conocer los dogmas en los que se basa la fe cristiana, los mandamientos, los pecados, se las oraciones que reza todo cristiano, hasta he leído parte de la biblia. Aun así, desde que tuve la capacidad intelectual para pensar por mi mismo, no pude cerrar los ojos ante tanta falsedad, tantas incongruencias y contradicciones.

Y ustedes, gobernantes, si de verdad queréis reducir el número de abortos, pongan medios en educación para que los jóvenes conozcan las opciones anticonceptivas existentes, y faciliten el acceso a ellas. Pongan ayudas a esas chicas que se quedan en estado a edades tempranas, para que puedan tener a sus hijos en condiciones aceptables, ayudándolas a formarse, obtener un trabajo y vivienda digna. Impidan que a un empresario le salga más rentable despedir a una embarazada que mantenerla en plantilla. Protejan la sanidad y educación pública. Y hagan que el tener un hijo con algún tipo de discapacidad, no suponga desbaratar la economía familiar.

Centren sus esfuerzos en ir hacia delante, evolucionando al tiempo que lo hace la sociedad. No cometan el mismo error que tantas veces se ha cometido, tratando de frenar los avances, rechazando una nueva sociedad en la que el individuo tiene formación y capacidad intelectual para decidir por si mismo.

Déjense de adoctrinamientos religiosos en la escuela, dejen que cada padre decida en que creencias educar a sus hijos, y limítense a dar las herramientas necesarias para que ese chaval, cuando crezca, sea capaz de decidir por si mismo.

Por mucho que patalee la iglesia, vamos hacia una sociedad libre de ataduras ideológicas, donde el respeto hacia los demás será la única norma a seguir. Una sociedad en la que da igual tus creencias, tu sexo o el de tu pareja, ni el modelo familiar que poseas. Un lugar donde creer en un dios sea solo una opción más, que no te hace mejor ni peor persona, pero si merecedora del respeto que, hoy en día, en pleno siglo XXI, aún no tenemos todos.
 
 
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Belén
01/02/2014
Mucha verdad para tanta mentira suelta por el mundo. Voces como esta son necesarias en esta, nuestra, sociedad llena de intereses y de hipocresía. Donde la doble moral campa a sus ancha.

HAGAMOS DE LA VERDAD NUESTRA BANDERA!!!
Isma
31/01/2014
¿Qué más puedo añadir? Increíble, me gustó mucho, tienes toda la razón, que parecidos somos en muchas cosas, como en esta.

Aunque difiero en que a veces creo, ahora bien, no en el poder que tiene la iglesia, no en la iglesia, aunque sí en algo superior.

A veces tengo que aferrarme a eso. Seré lo que sea por eso, pero cuando sientes desesperanza te agarras a un clavo ardiendo.

Me pregunto ¿Cómo un hombre puede hacer las veces de representante de San Pedro solo por elección de unos cuantos?

Y termino citando: "levanta una piedra y me encontrarás" dijo Jesús, con lo que la iglesia pierde todo si valor para mí...

Es más, supuestamente existe un testamento apócrifo en el que Jesús quitaría todo el poder a la iglesia.

Un saludo
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